A pocos días de haber concluido su acomodo de fuerzas en el Congreso de Unión, el Estado mexicano asesta un duro golpe a un sector combativo, bastión importante de la clase trabajadora. Con el decreto de liquidación a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) la burguesía pretende destruir al sindicato de electricistas y abrir el camino de la privatización de esta empresa pública a los magnates de las telecomunicaciones y los energéticos.
El pasado cinco de octubre el gobierno espurio de Felipe Calderón negó la toma de nota a Martín Esparza Flores, argumentando una serie de irregularidades en el reciente proceso electoral para renovar la dirigencia del sindicato, hecho que a la postre le dio el pretexto para intervenir en la vida interna del sindicato y sentar las base, con el decreto de liquidación por delante para que sea ahora la Comisión Federal de Electricidad quien administre la empresa liquidada.
Más de cincuenta mil trabajadores en activo y varios miles de jubilados serán lanzados a engrosar las filas del desempleo, como un castigo a la combatividad y espíritu de lucha de este sector del proletariado. Con un discurso panfletario, de mentiras, de hipocresía; como el del combate a la pobreza con el 2% de incremento a los impuestos al trabajo y al consumo, el actual régimen pretende que los trabajadores se queden pasivos, como si nada pasara, pero esta apuesta esta lejos de ser ganada por la clase en el poder. Los trabajadores mexicanos están llamados a brindar la solidaridad con sus hermanos de clase y su organización sindical: los electricistas y el SME.
¿Por qué cuando quiebra la banca el gobierno la rescata y cuando se trata de empresas públicas el gobierno las privatiza? Basta de mentiras, el gobierno calderonista es un gobierno de y para empresarios, los trabajadores no podemos aceptar esta abierta intromisión del gobierno en los asuntos que sólo competen a la clase trabajadora.
¡Democracia y autonomía sindical, abajo el gobierno espurio!
Dice un viejo refrán que la debilidad invita a la agresión, este no es momento para titubeos y tibiezas, pero tampoco para acciones mal planificadas e improvisadas, mucho menos de conciliación con el gobierno y la patronal. La política del golpeteo a los sindicatos no es nueva, sin embargo, hasta hace poco sobresalían el sector minero y el magisterio democrático, en el primer caso Fox, con apoyo de la Secretaría del Trabajo, impuso a los trabajadores mineros al incondicional Elías Morales cuya tarea es la división del SNTMMSRM y terminar la entrega de la industria minera a los consorcios canadienses y al mismo tiempo acabar con el contrato colectivo de trabajo. De igual manera el gobierno ha sostenido al frente del magisterio a la asesina Elba Esther Gordillo, el desconocimiento de las direcciones sindicales democráticamente electas es una constante de la administración en turno, el desconocimiento del SUTIEMS ejemplifica este tipo de maniobras las cuales desconocen emplazamientos a huelgas y ponen en marcha revisiones salariales y contractuales afines a la burguesía.
Haciendo un recuento por demás general de estas luchas debemos reconocer que el gobierno no ha podido desactivar la lucha de estos importantes contingentes proletarios; el magisterio democrático ha encabezado desde hace ya varios años importantes luchas como en el caso de Oaxaca o el Movimiento Magisterial de Bases en Morelos y los mineros están protagonizando una portentosa lucha en defensa de la autonomía sindical, el incremento de salarios por arriba de la inflación y la justicia para los caídos en Pasta de Conchos y Lázaro Cárdenas.
Hoy, ante la represión al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) los trabajadores deben enarbolar la lucha solidaria con la huelga política general. La defensa de sus intereses de clase, hoy más que nunca, se hace necesaria. La unidad de y como clase nos debe llevar a consolidar los lazos de fraternidad, pero también de elevar nuestra conciencia, de jalar hacia adelante nuestras formas de lucha, desde luego de organización clasista de los trabajadores mexicanos. Todos los explotados, oprimidos y miserables de nuestro país hoy están con los electricistas. Desde aquí les decimos, ni una lucha aislada más, los sectores avanzados, conscientes, los dirigentes genuinos de los trabajadores tenemos un reto: derrotar la política criminal del gobierno calderonista.
Existe un importante apoyo de parte de la base del movimiento obradorista que en distintas ocasiones ha mostrado ir por delante de su actual dirección, el apoyo a la lucha de la APPO en 2006 es un claro ejemplo. Pero también hay inminentes luchas que apuntan un incondicional apoyo a la lucha del SME, tal es el caso de los agremiados al Sindicato Independiente de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB) o los trabajadores universitarios (STUNAM, etc., ) que pese a su dirección llevaron un nutrido contingente a la marcha del pasado ocho de octubre, ambos con emplazamiento a huelga, además de tranviarios, mineros, telefonistas, trabajadores de la UAM y un sinfín de organizaciones sociales.
La mejor forma de evitar acciones huelguísticas mal planificadas es la realización de asambleas democráticas en cada centro de trabajo dispuesto a integrarse a la lucha, a la par de una intensa campaña de agitación y propaganda a la población, sindicatos y organizaciones sociales que permitan hacer trascender la lucha de los estrechos marcos que nos intenta poner el gobierno. No hay la menor duda, a los potentados no les esta temblando la mano para implementar su política, ahora vemos dimensionados en justa medida los sucesos ocurridos en el Aeropuerto y el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la capital, sólo fueron el pretexto para militarizar y hostigar policialmente a la población.
En la actual situación política y económica echar abajo los ataques contra el sindicalismo, así como las veladas modificaciones a la Ley Federal del Trabajo y el paquete económico ya anunciado, sólo encuentra sustento viable en una política revolucionaria. Los métodos de movilización y organización de la clase trabajadora como la huelga, los brigadeos, marchas, cierres de carreteras y aeropuertos, plantones, piquetes, etc. deben ser sustentados por la huelga general robustecida por la toma de televisoras y radios, formación de comités de fábricas y la autodefensa exigiendo la caída del gobierno burgués y levantando a la par un programa obrero contra la crisis económica que azota terriblemente a la clase trabajadora, el campesinado pobre y la clase media, de lo contrario sólo miseria, explotación, corrupción, violencia y represión nos espera.
De existir algo cuestionable en el proceso de elección para la renovación de la dirección del SME, es necesario que ello se resuelva con la participación de todos los trabajadores activos y jubilados, de manera democrática y por medio de asambleas en cada centro de trabajo, con la mayor vigilancia por parte de los propios trabajadores, quienes pueden emprender las medidas de democratización y ajuste de cuentas a los representantes sindicales sin necesidad de “ayuda” del gobierno y sus instituciones que sólo representan los intereses de los capitalistas, algunas medidas de democracia obrera para marchar por este camino son:
1.- Representante obrero, salario obrero: que los dirigentes no ganen más que un obrero cualificado. Están para servir no para servirse en los puestos sindicales.
2.- Entrega puntual de informes sobre las actividades y los logros de los representantes sindicales hacía las bases que los eligieron, apertura de información a todos los afiliados que así lo soliciten.
3.- Revocabilidad inmediata por medio de asamblea en caso de no cumplir o traicionar los intereses de la base que los eligió.
4.- Al diablo con las instituciones, particularmente las juntas de conciliación y arbitraje. La lucha de clases jamás se ha dado sólo en los estrechos marcos de la legalidad, es en última instancia el ejerció de soberanía, independencia, derecho inalienable del ser proletario.
¡Fuera las manos “limpias” del representante burgués en los asuntos internos del SME.!
¡Respondamos con la movilización, con la huelga política general en solidaridad con los trabajadores electricistas!
¡Ni una lucha aislada más, la unidad de los explotados debe darse en la lucha contra el enemigo de clase!
¡A defender las conquistas históricas logradas con la lucha y solidaridad de todos los explotados y oprimidos!
¡Fuera Ejército y policía de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro!
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